Distimia

Definición de Distimia

Trastorno depresivo persistente, una depresión continua a largo plazo(crónica), se pierde el interés por las actividades de la vida cotidiana, desesperanza, improductivo y sensación generalizada de ineptitud. Es posible que resulte difícil ser optimista incluso en ocasiones felices. Aunque no es tan grave como la depresión mayor, puede ser leve moderado o grave.

Debido a la naturaleza crónica del trastorno depresivo persistente puede ser muy difícil sobrellevar los síntomas, pero con psicoterapia y medicación puede ser eficaz el tratamiento de esta enfermedad.

Los síntomas de la distimia, aparecen y desaparecen durante años cambiando su intensidad en el tiempo, sin embargo los síntomas no suelen desaparecer del todo, además durante el trastorno crónico puede presentarse episodios de depresión mayor, a lo que se llama «depresión doble»

Los síntomas del trastorno depresivo persistente (distimia) son :

  • Falta de interes por las actividades diarias
  • Tristeza, sensación de vacio
  • Desesperanza
  • Cansancio y falta de energia
  • Baja autoestima
  • Dificultades para la concentración y la toma de decisiones
  • Irritabilidad excesiva
  • Disminución de la actividad, falta de producción
  • Aislamiento
  • Sentimiento de culpa y preocupación por el pasado
  • Falta de apetito o comer en exceso
  • Problemas de sueño

Causas de la Distimia

  • Diferencias biológicas: las personas con distinta pueden tener modificaciones físicas en el cerebro, estas modificaciones siguen siendo inciertas pero puede que al final nos ayuden a señalar las causas
  • Química del cerebro: los neurotransmisores son sustancias químicas naturales del cerebro, los cambios en la función y el efecto que estos tienen en la manera interactuar con los neurocircuitos encargados de la estabilidad del estado ánimo juegan un papel importante en la depresión y su tratamiento
  • Rasgos heredados: la distimia parece ser más frecuente en personas con familiares de sangre que también sufren este trastorno. Los investigadores intentan encontrar genes que pueden causar la depresión
  • Acontecimientos de la vida: al igual que la depresión mayor, los acontecimientos traumaticos, como la perdida de un ser querido, los problemas económicos o un alto nivel de estrés pueden desencadenar, distimia, o lo que es lo mismo, trastorno depresivo persistente (cronico)

LA AGONÍA DEL MAR MENOR

El sitio de mi recreo

Pocas veces sale Murcia en las noticias y mucho menos Cartagena, su municipio más antiguo de la región.

El mar Menor, es una gran albufera natural salada al que todo el mundo reconoce más por La Manga, es muy extenso, en el hay muchas playas preciosas que pertenecen a Cartagena (Región de Murcia) y Alicante.

Hace ya muchos años que los vecinos de Cartagena y aquellos que amamos a el Mar Menor, damos la voz de alarma por las malas condiciones de éste. Pero los intereses de aquellas empresas que vierten sus vertidos a las aguas, y los políticos incompetentes o corruptos, tal vez las dos cosas, me da igual, han dado lugar a esta situación grotesca que vivimos en los últimos días.

Esta imagen es el resultado de las ultimas inundaciones del 28 de octubre, el agua de las lluvias torrenciales llegaron al mar y al mezclarse con el agua ya enferma de la laguna dio como consecuencia la falta de oxígeno, causa de las muerte de miles de peces y del ecosistema entero.

Y yo que en mis bajones de ánimo, cuando mi depresión crónica aparece y me siento perdida, me voy al pequeño apartamento familiar que tenemos en La Manga. Allí, las puesta de sol, los largos paseos con los pies metidos en la orilla, los ratos sentada en la arena mirando al mar, es una de mis mejores medicinas.

Mi gran Mar Menor, agoniza, y lo peor de todo, nadie tiene la solución para salvarlo de ésta muerte anunciada, ni los políticos, ni los científicos y mucho menos las empresas que ha día de hoy siguen vertiendo «clandestinamente» sus vertidos al mar.

Y lo peor es que aún hay quien lo niega, nos cargamos el planeta, es una evidencia, pero no nos preocupa lo más mínimo, solo lo que cuesta su recuperación.

No puedo ver las fotos, es como asistir a la agonía de un enfermo terminal, esa sensación de impotencia. Hace años había hasta caballitos de mar, ahora es una laguna mortecina, de color gris verdoso.

Hagamos algo, es nuestra propia supervivencia, si no también estaremos muertos.

«HAY PRISA«

Condiciones laborales

Todas las siglas

Ya no soy delegada de los trabajadores de mi empresa. El pasado jueves tuvieron lugar las elecciones sindicales en mi lugar de trabajo, una empresa que ha crecido enormemente durante los últimos años, hemos perdido nuestra representación sindical y era previsible que así sucediera.

Las siglas sindicales, cualquiera de ellas que nos venga a la cabeza, han machacado tanto a los trabajadores a favor de los empresarios que ya no hay nadie que crea en ellas. Otras nuevas se abren camino con la esperanza de poder cambiar el panorama mal trecho que nos ha dejado, a los trabajadores desprotegidos ante las empresas que nos contratan por un trocito de pan.

Damos paso pues a otros compañeros que cansados de nuestra infructífera gestión, vienen con ganas de luchar por los derechos perdidos. » Que la Fuerza les acompañe».

Los que dejamos el cargo, lo hacemos con la cabeza alta de haber hecho lo mejor que hemos sabido, a pesar de no contar con el apoyo de nuestro sindicato de trabajadores, un sindicato histórico, de lucha por los derechos, en sus mejores años, con huelgas y presiones a los empresarios para conseguir una mejoría en las condiciones de los trabajadores.

Hoy en día, aquellos sindicatos fuertes que nos arropaban y nos transmitían seguridad, se han convertido en emisarios del miedo, profetas de la precariedad, llenando los oídos del proletariado de amenazas y angustias, en lugar de impregnarles del poder que tienen los más pequeños pero multitudinarios cuando se unen en una causa común.

Y es que la mayoría no es consciente del poder que tenemos para luchar por lo nuestro. Cuando una empresa gana en un año la previsión que tiene para tres, es de juzgado de guardia que tenga a sus trabajadores explotados, sin vida, solo con la esperanza de poder sobrevivir al «mes» en curso que el que viene «Dios dirá».

Yo que llevo ya algunos años en la empresa, y que he visto el desarrollo de esta, orgullosa, ¿porque no? de ser un pequeño engranaje en el crecimiento de esta, gracias al buen quehacer de sus trabajadores, la responsabilidad de sus encargados, en resumen del trabajo bien hecho para satisfacer a los clientes, y que estos sigan confiando en nuestros productos, vemos como de un año a otro se nos empequeñece en proporción al crecimiento de nuestro patrón.

Y cada día me cuesta más llegar al trabajo, sin alegría, por que la dignidad no se come, no paga las facturas, ni tan siquiera las necesidades más fundamentales.

Los hijos se hacen mayores y no nos conocen, crecen y se educan la mayoría de las veces con los abuelos, (los que tienen esa suerte), o con personas que ni siquiera conocen.

La vida es más costosa, nuestros salarios están anclados en el pasado. Pero no hay ni un solo sindicato que pueda cambiar esto.

Las empresas crecen, los empresarios se enriquecen y eso es bueno para un país donde los trabajadores no tienen poder adquisitivo por que a pesar de trabajar doce o más horas diarias, no llegamos a fin de mes. Y aún se nos aconseja ahorrar para la jubilación, es un tanto surrealista la situación.

Somos muchos los que viajamos en este tren, por eso, les deseo a mis compañeras/os, que con su nuevo sindicato, joven aún, sin años de experiencia, pero precisamente por eso, con la fuerza que tiene aquel que aún no está gastado por el cansancio que implica la lucha, el desgaste de energía. Ahora son otros los que tienen el testigo.

Fuerza y a la lucha.

UN NUEVO COMIENZO

Cada día es un nuevo comienzo, un amanecer, limpio, sereno. Se puede dejar atrás las preocupaciones, repasar tu lista de prioridades y ordenarla, por que lo que valía ayer hoy no te sirve para nada.

La vida consiste en un aprendizaje constante, una evolución personal, un encuentro contigo misma, no puedes sino ir rectificando sobre el camino.

Así es y así debe ser, por que cada día sale el sol, y vuelve la luz para que salgamos de nuestras tinieblas interiores. Por más tiempo que dure nuestra oscuridad emocional, es tu obligación encontrar ese puntito de luz que va creciendo hasta que amanezca por completo y lo veas todo claro, nítido, lleno de maravillosos colores que antes tenias ocultos por la falta de luz.

Y en ese estado, sientes las vibraciones de las personas que tienes alrededor con una fuera indiscutible. No puedes equivocarte, si te equivocas es porque te entretienes en mirar alrededor en vez de mirar al interior y escuchar lo que tu corazón te grita, el si que nunca se equivoca.

Y ya que es un camino «la vida» imprescindible, por que si hemos venido es por que tenemos que vivir, sí o si. Para dejar huella en los demás, para que los demás dejen huella en nosotros y así enriquecernos mutuamente y engrandecer nuestra alma y hacerla cada día más divina.

Según la filosofía budista, para alcanzar la felicidad, eso que invertimos toda nuestra vida en encontrar y no encontramos por que lo tenemos tan adentro, que no lo vemos, es imprescindible;

  • Aceptar y apreciar el cambio
  • Preocuparse es absolutamente inútil, pre-ocuparse no te deja centrarte en el ahora.
  • El sufrimiento es la obsesión por los sentimientos efímeros
  • Debemos entender y ver la realidad por lo que realmente es
  • La meditación es un medio poderoso para disminuir el sufrimiento

Y cuando me voy a la cama cada noche, me esfuerzo en recordar que en ese momento se acaba una pagina, cuando amanezca empezaremos a escribir la siguiente, y solo depende de mi el tono en que esté escrita. Y tengo claro que quiero que cada una sea mejor que la anterior.

NO ME RINDO

NO TE CREO

He sentido que me ida desmoronando por momentos. Esperando sentada en el banco dos horas, sin inmutarme, con mil pensamientos por segundo. Y me preocupa mucho que me manipule y que yo me deje manipular. Esto puede parecer raro, yo no entiendo, cuando tengo claro lo que pasa a mi alrededor y sabiendo el resultado sigo adelante, hasta el final, tal vez por no perder la esperanza.

Tan complicado es que mandes un mensaje, una llamada, algo……, que me digas que no vas a venir. Me siento tan estúpida, porque es culpa mía y solo mía. No me valoro lo suficiente, por eso me toman el pelo, no he aprendido nada en todos esos talleres que he estado haciendo en los últimos años, autoestima, niño interior, aceptación, desarrollo personal, y a la hora de la verdad el pillo de turno que hace lo que quiere y te toma el pelo de todas las maneras posibles.

Hace años me presente al comité de empresa donde trabajo. De esto va la cosa hoy. Hay elecciones, pero no me cabe la menor duda que podríamos ahorrarnos el teatro. Trabajo en un sector muy dejado de la mano de Dios, los parias de la tierra, aquellos que siempre han sido los olvidados de la lucha obrera, los explotados, históricamente marginados.

Los empresarios son otra cosa, se han llenado los bolsillos a costa del peón y a día de hoy siguen con sus explotaciones agrícolas. Trabajos de doce horas, mal pagados, con el runrun de la crisis que nunca se acaba, o el terrorífico brexit que nos acecha y aunque no ha llegado lleva un par de años ahogándonos, no se que será cuando llegue.

Derechos perdidos después de años de lucha, y lo que más duele nunca más recuperaremos. Por que para que unos llenen los bolsillos es necesario que trabajen los esclavos modernos a bajo precio, ser competitivos, significa que el peón cobre menos para que el patrón gane más.

Y el sindicalista, aquel que vive gracias a los peones que se afilian al sindicato, se va a comer con el empresario para pactar las condiciones del trabajo. Y claro llega tarde o simplemente no llega. Eso es lo que tenemos, nos guste o no.

Y en esa tesitura nos encontramos todos aquellos que todavía creemos en el ser humano, en la buena fe, en los apoyos incondicionales. Ya lo sé soy muy ingenua, pero a pesar de todo, me resisto a formar parte de un juego que me perturba profundamente.

No me gusta el mundo en el que vivo, y hasta hace poco pensaba que podía cambiarlo. Que desilusión.

Depresión crónica

Hace mucho tiempo, en una ciudad preciosa junto al mar, había una niña que aun naciendo querida, cuidada, mimada….. se sentía no siempre pero sí algunas veces muy desgraciada. La primera hija de un matrimonio joven, con muchos problemas económicos , que tuvieron que vivir algún tiempo en casa de la madre de ella, pero en la época de la que estoy hablando , esto era lo más normal, no generaba ninguna clase de complejo.

Esa niña, preciosa, la primera hija, la primera nieta, la primera sobrina, incluso, la primera bisnieta. Era muy llorona, a veces lloraba por nada, sin motivo, sin saber por que.

Se fue haciendo mayor y levantó un muro en el que nadie podía mirar dentro, indestructible, inalcanzable. Sin embargo, parecía una chica feliz, fuerte, con muchas amigas, alegre, bromista. Era una de esas personas que se notaba cuando estaba en una reunión, transmitía fuerza y seguridad. Lo que nadie podía imaginarse que cuando llegaba a su cuarto, cuando nadie la veía, era la persona más desgraciada del mundo.

Muchos amigos eran los que acudían a ella para compartir sus miedos, sus problemas, incluso aquellos que eran mucho mayores, iban solo para «hablar» por que siempre tenia respuestas y al final, el interlocutor marchaba con la sensación de que «su» problema no era tanto, si a fin de cuentas «todo tiene solución en esta vida» . Y luego siempre había unas risas una broma, un chiste gracioso.

Pero cuando estaba sola, todo se derrumbaba, ¿quien la sostenía a ella? ¿quien ponía su hombro para que ella pudiera desahogarse y contar sus problemas?. Pero «¿yo tengo problemas?», no, no tengo. No como Mayte, que su padre le pega palizas y la castiga sin salir, sin darle motivos, «por que soy tu padre» le decía, y eso era toda la explicación que le daba. O Amor, que ya tenia dieciocho años y aún no había tenido la regla. Josefina, que se hizo de una de estas religiones de los últimos tiempos, más que nada por la muerte de su madre a causa de una cirrosis, (cuando todo el mundo pensaba que era una enfermedad de alcohólicos) que para ella fue un gran trauma que nunca supero. Y así podría seguir nombrando una larga lista de amigos o simplemente conocidos que luchaban con problemas reales todos los días. Lo mio era en realidad un fantasma, algo que ni siquiera yo podía explicar, sencillamente porque no lo entendía, no sabia lo que me pasaba para sentirme así.

El dolor de los demás, lo siento como mio propio. No puedo evitarlo. El sufrimiento ajeno, me hace sufrir, como si realmente fuera mio.

Empatia

La capacidad de ponerse en la piel de otro. Nunca he podido soportar la idea de hacer daño por placer. No entiendo como algunas personas pueden sentirse bien después de infringir daño a otro ser humano. Someter por la fuerza a otra persona, torturar, maltratar, son palabras que por si solas duelen.

Somos el único animal sobre la tierra que causa dolor a sus semejantes por placer.

MI TERAPIA

Escribo y lloro

Desde siempre mi mejor terapia ha sido escribir, es una alternativa al psicólogo, y además te ahorras un dinero, y como la economía es muy escasa pues sale mucho más barato comprar antes papel y un boli, que escriba bonito, hoy con el portátil es mejor aún ya que puedes borrar y volver a escribir.

Hace unos años, tenia hojas escritas por todas partes, en libretas, en cuadernos que me regalaban mis amigos e incluso entre los libros. Hoy en día está todo recogido y almacenado en mi disco duro.

Reconozco que, alguna vez releyendo mis escritos he vuelto a sentir el ahogo del momento de escribirlos, otras veces he pensado «¡Dios que mal estabas en ese momento!».

De todos los colores, desesperación, esperanza, tristeza, aliento, energía. Procesos de la vida diaria, desilusión, pero nunca rencor. El rencor no sirve nada más que para envenenarse a uno mismo. Todos tenemos un porqué y ese porque el nuestra verdad.

La soledad

Se que es difícil convivir conmigo, por eso he elegido vivir sola, con todas sus consecuencias. aunque en su momento tuve que tomar decisiones que nadie entendió, yo sigo afirmando a día de hoy, que lo hice por amor. Amor a mi hija y el que era en ese momento mi marido.Lo dije, lo digo y lo diré, por que es mi verdad.

Estaba tan cansada de llevar ese peso sobre mí.

Y estoy hablando de sentimientos, los míos, tal vez suene egoísta, el egoísmo me hubiera llevado a tomar la decisión mucho antes. Alejarme de aquellos a los que más quería fue lo más difícil que tuve que hacer en mi vida, pero necesario para todos.

Llevaba muchos años arrastrando mi depresión, ahora estoy convencida, desde la perspectiva del tiempo, que es una enfermedad que he arrastrado toda mi vida. Solo se fue agravando por las circunstancias que surgían y que me afectaban de manera «superlativa».

Meses antes de mi marcha, el médico me había dado la baja por depresión. Me encontraba cansada, muy cansada, no tenia energía para levantarme de la cama, me sentía tan enferma y tan asustada por no poder explicar lo que me estaba pasando. Y como hacerlo si «ni yo misma» sabia que era.

No tenia ganas de vivir, de hecho me sentía muerta ya. Como si mi alma me hubiera abandonado. Y sobre todo me sentía sola, no era una soledad física, algo dentro, como si en tu cabeza existiera un agujero negro.

Mi hija y mi madre fueron el motivo por los que en ese momento no me quite la vida. De todas formas, ya estaba muerta. Pero como iba a hacerles pasar por ese trance. Aunque también pensaba entonces que era solo una excusa porque no era lo suficientemente valiente para hacerlo.

He tenido muchos, muchos momentos de estos, pero siempre tengo a alguien, mi madre, mi hermana, mis amigas, que ya conocen mis ojos, que saben cuando tengo una crisis y estoy de bajón y me dicen «nos haces mucha falta» y esas cuatro palabras me dan un pequeño empujón para esforzarme a levantarme otra vez y seguir luchando compra ese monstruo que vive en mi azotea.

No estoy para nadie

Hoy me he levantado como si hubiese estado toda la noche picando piedra, me duele todo el cuerpo. Es uno de esos días que después de levantarme me vuelvo a acostar, es uno de esos días que estoy más muerta que viva. Y la pregunta es ¿merece la pena?, seguir y seguir y seguir……

Es como estar en una montaña rusa, un tiempo arriba del todo y de pronto empiezas a caer, ni siquiera te das cuenta de lo que pasa, empiezas a encontrarte cansada, quieres estar sola, pero te duele la soledad, pero quieres estar sola.

Es difícil de entender si no lo has vivido, es algo que por más que quieras no puedes evitar, como no se puede evitar una bajada de azúcar si eres diabetico, por eso hoy no estoy ni para mi misma, solo quiero cerrar los ojos y dormir, sin que nadie me moleste, llorar sin motivo, echarle la culpa al mundo.Mañana cuando despierte ya veremos tal vez, me apetezca pasear al perro o no, hoy ni siquiera he ido a comprar, tengo el frigorífico vacío pero queda alguna galleta en el armario,suficiente, solo quiero dormir……..y me duele todo el cuerpo.

Adelante

Siempre me dijeron y me lo siguen diciendo que soy muy fuerte, supongo que sí, por que se requiere mucha fortaleza para seguir adelante para subir cuando estás en lo más profundo del pozo, la mayoría de las veces sin que nadie te ayude.

He vuelto al trabajo después de seis semanas con la baja, «¿de vacaciones?», me preguntan con curiosidad, aún sabiendo que aunque quisiera no podría tomarme tantos días de vacaciones seguidos, no..con la baja, contesto, siendo consciente que no entienden por qué. Me dicen «tienes que cambiar el chip», «no te tomes las cosas así»…….

Llevo cuatro días y me siento completamente aplastada. No puedo soportar mi vida, la sensación de humillación en el trabajo, dejar de ser persona, cuando atravieso esa puerta que me lleva a mi lugar de «producción». Pero al traspasar la puerta de la verja, nos convertimos en gente bajo vigilancia. Al entrar, al ir al baño, al ir a beber agua, durante la jornada. En algunas ocasiones tengo la sensación de estar en una carcel de alta seguridad.

Es muy difícil, necesito escapar, pero no sé a donde podría irme, a qué dedicarme, como ganarme el sustento. Ja,ja,ja

Hoy no paro de llorar, mi vecina de arriba me chilla furiosa, «¿que haces aquí? Corre, corre y no mires atrás, esta vida no es vida». No es vida, porque no tengo tiempo de vivir, ni ganas tampoco. Espero un milagro, que me toque la lotería, que me caiga un rayo, o que me dé un infarto, no veo muchas opciones más.

No necesito que nadie me diga que la vida es maravillosa, que merece la pena vivir, y todo eso que te dicen los amigos y conocidos para levantarte el ánimo. Me sé todas las frases de memoria, algunas hasta las tengo en las paredes pegadas en posit, he hecho cursos de auto estima, tengo todos los libros publicados, he visto todos los vídeos que corren en la red.

Hoy es como si el mundo se me hubiera abierto debajo de mis pies.

Pero mañana, me levantaré, me miraré al espejo y diré,»nadie como tú», sigue adelante, podemos cambiar el mundo. No cambies nunca. Se que mi sufrimiento es especial, solo tengo que negociar con mi vecina una prorroga, a veces, incluso durante algunos meses. Solo que últimamente es muy persistente. Pero por ahora gano YO.